miércoles, 26 de diciembre de 2007

Ciudad de Arena

LA CONSTRUCCIÓN ILEGAL Y FALTA DE MANTENIMIENTO JAQUEA LA SEGURIDAD DEL MUNICIPIO

La ausencia de control en las obras, los cambios en la regulación y los "arreglos" en las inspecciones transformaron algunas edificaciones en verdaderas trampas mortales. Departamentos a punto de desmoronarse, barrios colapsados y el riesgo de un Cromagnon en puerta representan la cara visible de una problemática alimentada por la ineficiencia.
La Argentina da para todo. Si se parte de ese paradigma entonces es posible comprender, más si un poco de sentido común cabe, cómo casi dos millones de habitantes conviven en un municipio carente de una planificación urbana coherente.
Pero es equivocado pensar que La Matanza es la excepción a la regla: si algo enseñó la tragedia de Cromagnon, fue que no enseñó nada.
Antes de los fatales acontecimientos del local de Once en la ciudad de Buenos Aires, fue el incendio de Keyvis en San Isidro, hace semanas la fábrica de aerosoles de Virrey del Pino, años atrás la de Lomas del Mirador y mañana será cualquiera de las trampas mortales dispersadas por el país.
El dicho dice que el hombre tropieza dos veces con la misma piedra, y algunos políticos parecieran agradecerlo constantemente.
Peligro: zona de derrumbe
Entrar en el barrio José Ingenieros de Ciudad Evita es introducirse en la médula de la problemática sobre la realidad edilicia del municipio, traducida como inoperancia del Estado.
Construído con fondos del FONAVI en los años setenta, las cuatro unidades funcionales parecieran haber sobrevivido a un bombardeo, sin contar con la falta de mantenimiento de las cloacas, muchas veces colapsadas.
En palabras del director ejecutivo de Poder Popular, una organización civil que hace años viene denunciando la situación de los doce mil habitantes del barrio sin obtener respuesta alguna, "la gente está cansada, reclaman, se junta firmas pero las soluciones no aparecen".
Más allá del carácter privado del inmueble, existen daños a la vista que ponen en riesgo a las personas, tanto del edificio como de la vía pública, y no pueden ni deberían pasar desapercibidos para los controles municipales.
Un ejemplo claro es la falta de escalones de las escaleras externas a los edificios. Como están montados sobre una estructura, cuando se caen por la falta de mantenimiento o por haber sido construidos con material de baja calidad, queda un espacio abierto.
Los vecinos denuncian desde la falta de bocas de agua hasta el derrumbe de los edificios en sí.
Ni hablar de las unidades habitacionales, que ostentan orgullosamente grietas que permiten observan el exterior de los departamentos y que representa el fiel reflejo de la falta de planificación y control de las obras.
Desde la otra punta
El deterioro y la ausencia de control no se remiten tan sólo a inmuebles alejados del centro neurálgico de La Matanza. Sin ir más lejos, Ramos Mejía lentamente se transformó en un caos urbano, condensando edificios de gran porte sin el debido estudio de impacto ambiental.
Una muestra de ello son las construcciones que desafían el sentido común, como los ascensores dentro del drugstore en Avenida Rivadavia 1435…, donde a diario la gente debe atravesar el comercio para subir al edificio.
Sin recorrer demasiado, el edificio lindante al Hipermercado Coto no resiste el menor análisis de cuanto especialista en siniestros lo estudie: con más o menos 30 pisos, se torna uno de los más peligrosos de la zona. ¿Por qué?
Ésta situación no solamente representa un peligro para los inquilinos y propietarios, sino que al encontrarse en una zona comercial altamente transitada, difícilmente la ecuación tenga un resultado diferente al que la lógica impone.
Sobre la segunda Rivadavia son varias las edificaciones con los mismos problemas, gran cantidad de departamentos, falencias en dispositivos antiincendios y dificultad para el acceso de autobombas.


Sin planificación ni control
La proliferación de construcciones e inmuebles puede verse en cualquier rincón del municipio.
En González Catán existen varios barrios "agregados", viviendas precarias sin ningún tipo de servicio asentadas en terrenos libres, lejos de todo planeamiento urbano o control catastral.
De esa manera, del núcleo del problema derivado de la falta de una política a largo plazo en materia de vivienda, nacen otros conflictos sociales, con los mismos protagonistas y similar argumento.
Cuando el relleno sanitario se instaló en esa zona de La Matanza, el cerco urbanístico era menor, es decir, todavía no se contemplaba el desarrollo que adquirió la zona posteriormente. Pero esa falta de imaginación sobre el futuro fue fundamental para crear el caos ambiental que hoy se vive en esa zona.
Por ser un emprendimiento del Estado Nacional, el municipio no posee ningún tipo de control ni injerencia en cuanto a la seguridad de las instalaciones. En otras palabras, las consecuencias de algún evento en los alrededores están fuera de la órbita municipal aunque sean vecinos matanceros los damnificados.
Si bien los consorcios son los encargados de contratar los servicios de mantenimiento, la falta de un organismo de control específico que regule las medidas establecidas desde el departamento técnico del Cuerpo de Bomberos de la Policía de la provincia de Buenos Aires, genera la permisividad necesaria para que los riesgos se hagan presentes.
Por otro lado, las escuelas provinciales tampoco cuentan con medidas de protección ni sistemas de seguridad; de hecho, la solución que se le encontró a muchos edificios propensos a inundarse fue construir pisos extra para dar clases, sin evaluar el daño en los cimientos ocasionados por el agua. Y ni hablar de los huecos para ascensores clausurados por falta de presupuesto.
Según fuentes reservadas vinculadas a la seguridad municipal, hoy en el Partido "ningún edificio con más de cinco años supera un estudio antisiniestral", y en este punto se debe recordar que más allá de las siete mil industrias radicadas, más de dos millones de vecinos conviven y transitan diariamente amparados por el azar.

No existen dependencias específicas de aplicación
Descontrol urbano
Sólo basta con recorrer las calles de La Matanza para comprender el peligro que diariamente viven los vecinos por la ausencia de un código de edificación específico que permita erradicar las construcciones ilegales.
En ese sentido, la Directora de Control Comunal, María Esther Salcedo, reconoce que su dependencia "sólo se encarga de inspeccionar a los comercios e industrias del Partido", calificándolos en primer y segundo nivel y diferenciando, además, la cantidad de gente que transita por el mismo.
Sin embargo, la funcionaria advierte que en cuanto a las confiterías bailables, siempre puestas en la mira tras el incendio de Cromagnon, "se aplica un antisiniestral de policía de Buenos Aires, que reglamenta el tipo de seguridad que tiene que tener el lugar, se envía la inspección para evaluar si el lugar es apto y se aprueba".
"Pero si se busca alguna dependencia específica de control edilicio, no existe ninguna; sólo Bomberos de Provincia o de Policía de Buenos Aires señalan lo que deberían poseer los edificios. De acuerdo al rubro emiten un informe que tenga que ver con el rubro", confiesa Salcedo. Y agrega que "si yo tengo una confitería bailable, se encarga bomberos de Policía de la Provincia de Buenos Aires, porque hay un decreto que así lo norma, en otro tipo de cuestiones de seguridad pueden actuar Bomberos de Ramos Mejía realizando un informe técnico de acuerdo a rubros que no estén contemplados dentro de lo que es antisiniestralidad".
Por otra parte, a la incertidumbre de no poseer un departamento profesional dedicado exclusivamente a la aplicación de las normas de seguridad, genera la sospecha de cómo se aprueban determinadas obras que desafían toda coherencia.
Al respecto, la directora de Control Comunal refiere que desde el sector de Obras Particulares u Obras Públicas municipales se establecen y aplican las normas de construcciones que corresponden a la edificación privada.
El Decreto N° 82/06 creó la Secretaría de Planificación Operativa y Control Comunal, "cuyas misiones y funciones son desarrollar el pleno ejercicio del poder de policía del Estado Municipal, interviniendo entre otras cosas en las cuestiones relativas a la gestión y otorgamiento de habilitaciones en las industrias radicadas o a radicarse en el Distrito de La Matanza".
La pregunta que cabría realizar es si el cuerpo de 40 inspectores alcanza para solventar las necesidades del partido.


LOS EDIFICIOS CON MÁS DE CINCO AÑOS CARECEN DE SISTEMAS ANTISINIESTROS
Trampas Mortales
Los permisos municipales para obras en edificios generan muchas sospechas, sobre todo de los especialistas en prevención de siniestros, porque la falta de un sistema de seguridad pone en jaque la vida de sus habitantes.
En ese sentido, el asesor de Prevención y Protección contra Incendios y Riesgos ¿de dónde?, Claudio Gramático, explica que "un edificio representa un problema para la seguridad por las diferentes estructuras. Ante un incendio la evasión de humo se concentra en los pisos superiores, ya sea por los huecos de los ascensores, por los huecos del incinerador o por los pulmones internos que producen un efecto chimenea".
"Técnicamente se denomina propagación por conducción, que es el traslado de gases calientes con manifestación de humo de un plano inferior a un plano superior. Puede haber una propagación en un edificio que se está quemando en un primer piso y se empieza a quemar un piso 10, y del 2º al 9º puede que no presente incidentes", ejemplifica el especialista en siniestros.
Adecuar los edificios antiguos a un sistema de seguridad moderno se convierte en la punta de un ovillo donde la improvisación está a la orden del día, quebrando la posibilidad de una evacuación segura.
Gramático advierte que "una medida de seguridad cautelar efectiva es armar en el interior del edificio una caja de escalera para presurizar a una determinada presión atmosférica el interior de un hueco de escalera, de esa forma el humo que se acumule en todos los pisos del edificio no puede penetrar a ese recinto".
"El beneficio es que una persona puede salir de un piso 20 o 25, con el edificio totalmente lleno de humo, y bajar sin ningún tipo de contacto con éste, porque la presurización no permite que ingrese", ilustra sin dejar de reconocer que pedir esa reglamentación trajo aparejado muchos problemas, "porque los edificios ya estaban construidos y no se le dio esa prioridad durante su edificación debido a que se necesita una estructura especial para hacerlo seguro".
En los edificios nuevos, cuya construcción data de cinco años, el propio código de edificación exige que se contemple la caja descripta por Gramático, pero en los edificios viejos anteriores a la norma la escalera está construida en forma de palier común.
"En La Matanza hay muy pocos edificios con caja de escalera, si bien no te puedo dar una cifra precisa te diría que casi todos", denuncia contundentemente Gramático, y agrega que "un edificio de más de 15 pisos debería tener proyectado con todos sus propietarios, un plan de evacuación consistente en aprender en forma práctica cómo descender de los planos superiores en caso de estar invadidos por el humo".
"En el municipio, como en toda la Argentina, lamentablemente no se toma mucha concientización, el ejemplo más concreto es el del edificio lindero al Hipermercado Coto, de más o menos 30 pisos -apunta el profesional-, ese edificio es uno de los más riesgosos que en este momento tiene Ramos Mejía y es porque tiene mucha altura y no tiene caja de escalera presurizada, ni facilidad en los accesos al mismo, y como ese, la historia se multiplica cientos de veces".


COLAPSO DE SERVICIOS POR LA FALTA DE PLANIFICACIÓN
Obras Particulares
Para legalizar una obra ya construida o a punto de ejecutarse, se debe cumplir con el registro en el Municipio, tal cual lo estipula el Código de Edificación del Partido, ordenanza 2564/61 y ser coincidentes con el Código de Planeamiento, ordenanza 7420.
Ambas normativas contemplan la presentación de planos firmados por arquitectos y otros profesionales. Luego de evaluarse el proyecto, la Dirección de Obras Particulares lo aprueba o no.
Sin embargo la sospecha se presenta ante la proliferación de construcciones clandestinas, sin registro o, como contraparte, la autorización de obras que no cumplen con los requisitos básicos necesarios.
La tragedia de Virrey del Pino es el fiel reflejo de la incertidumbre: la fábrica de aerosoles contaba con tres tipos de habilitaciones, nacional, provincial y municipal, asimismo se incendió.
¿Fallas en los controles o excesiva permisividad?
Los casos se repiten con el mismo factor común, tanto que el boom inmobiliario generó una ola de críticas. Sin embargo el desarrollo desmedido de proyectos en determinadas zonas sólo sirvió para movilizar a los vecinos, entre ellos la gente de Ramos Mejía contra la indiscriminada construcción de edificios en zonas residenciales, que pasan por alto el código de edificación que rige en el partido de La Matanza.
En ese sentido, la ordenanza 13.492 aprobada en 2004 fue muy cuestionada, porque si bien motivó la creación de mano de obra a través de los megaproyectos, puso en peligro de colapso los servicios de determinadas zonas, como Villa Celina y Ramos Mejía, no preparadas para recibir construcciones de gran envergadura.
No existen estudios previos de impacto ambiental o evaluaciones que determinen cómo afectará a los vecinos cualquier obra, por más pequeña que sea, ya sea en materia de desborde de cloacas, falta de agua u otros servicios básicos que pongan en peligro su calidad de vida.
Si bien el municipio goza de un problema habitacional grave, muchas veces tratado en estas páginas, las soluciones precarias no representan la salida, más bien contribuyen a acrecentar la problemática.


MEDIDAS DE SEGURIDAD BÁSICAS
-Tener extintores a mano de cualquier propietario de un departamento.
-Contar con una buena iluminación de emergencia.
-Tener piso antideslizantes en las escaleras.
-Edificios con los viejos incineradores, usarlos para depósito de residuos solamente.
Edificios con estacionamiento
-Deberían tener un sistema de rociadores, que cuando el ambiente toma determinada temperatura, automáticamente por un fusible, hace una regadera de agua en todo el subsuelo.
Fuente: Bomberos Voluntarios de La Matanza

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